Pensamiento Positivo, Realidad y Estupidez
Por Alvaeno.
“Cada hombre es una víctima del
ambiente
y las condiciones en que vive”.
Gorki
PENSAMIENTO POSITIVO
"Sal de tu zona de confort. Sé la mejor versión de ti
mismo. No te conformes con poco. Ve a por todas. Nunca pares hasta que lo bueno
sea mejor y lo mejor sea excelente. Y, hagas lo que hagas, no te olvides de ser
feliz".
¿Es así cómo vive
una parte de la sociedad actual occidental? (hay que aclarar que no todas las
personas pueden permitirse poner en práctica lo que se dice en la frase que
encabeza este texto), ¿vive esa gran mayoría con una actitud práctica, con una
afición al goce por lo material (consumo y derroche) y tiende a priorizar los
aspectos materiales de la realidad sobre todas las cosas?
¿Y a dónde nos
lleva esto? ¿Hemos traspasado la línea, y nada tiene valor excepto lo material,
y por ello vivimos en una constante debacle de consumo adquiriendo bienes
materiales compulsivamente? No hay más que echar un vistazo para comprobarlo.
¿Las grandes
empresas conocen bien esto y ponen en marcha su maquinaria propagandística para
vendernos todo lo que se les antoje? Esto es en el plano material, vamos a ver
qué ocurre cuando el pensamiento positivo se orienta a lo espiritual, a la
esencia, a la búsqueda del Yo: ¡Bingo! ¿Lo imaginan?
Entonces, ¿las
mismas empresas dan un giro de 180 grados para poner en marcha su maquinaria
propagandística y vendernos algo que podríamos llamar la “nueva era o más
conocida como la new age”, y nos lanzan sin compasión ni escrúpulo alguno
campañas de alienación sobre el “nuevo ser” sobre el “crecimiento”, sobre la
búsqueda del Yo, como hemos dicho, y nos encontramos ante un aluvión de frases
como las que encabezan este artículo?
Basta ir a tomar un café para que en el sobre de azúcar leamos mensajes
destinados a hacernos creer todo ese rollo del pensamiento positivo. La frase
de Gorki, creo que expresa bien lo que en realidad son los hechos:
“Cada hombre es una víctima del ambiente y las condiciones en que vive”.
¿Se nos dice
continuamente que tenemos que ser felices, sí o sí, que la tristeza no es
buena, que mejor las sonrisas que las lágrimas, que si persistimos en nuestros
objetivos los conseguiremos, que nada es caduco, que todo es perenne? ¿No nos
acribillan con millones de anuncios en los que todos los que salen son “yupiways”
y “qué felices somos comiendo X” o “qué maravilloso es este coche que reconoce
tus estados de ánimo y te pone la música apropiada para que no estés decaída o
decaído?
Además a todo esto
tenemos que añadir toda esa proliferación de libros de autoayuda y de eso que
llaman algo así como “coahching” perdonen mi inglés, o “talleres de
crecimiento”, y una larga lista de ofertas que nos ayudarán a ser más “Yo”:
“Sal de tu zona de confort”...
¿Nuestra sociedad
se va convirtiendo cada día en una sociedad individualista, vacía, y exenta de
valores realmente humanos y carente de algo tan esencial como la alteridad o la
otredad?
REALIDAD
La realidad es bien
distinta debido a que no siempre tenemos a nuestro alcance las opciones u
oportunidades para realizar lo que queremos o soñamos. Y en esa realidad nos
encontramos muchos seres humanos, que apenas sobrevivimos con lo justo, y claro,
la excusa siempre son las crisis o lo que es peor, los mensajes del
“pensamiento positivo” que nos “invitan” o nos “convencen” de que si no
conseguimos lo que queremos o soñamos es por nuestra culpa. ¿Vivimos en la
sociedad de la culpa, porque esos mensajes positivistas, lejos de subirnos la
moral, nos la destrozan, porque en muchas ocasiones vemos la meta como
inalcanzable?, y no porque no luchemos o no nos sacrifiquemos en pos de
conseguirla, no, sino porque existen lo que yo llamo “factores externos” que
nos lo impiden una y otra vez, una y otra vez, pero la maquinaria de propaganda
es inagotable y seguirá diciendo que si “quieres, puedes” sin dejarnos
vislumbrar que no siempre se consigue lo que se persigue.
La realidad es bien
cruda en ese aspecto, y más en estos tiempos de crisis en los que estamos
inmersos, no por nuestra propia voluntad, sino por la de los que programan las
citadas crisis para su enriquecimiento con el resultado del empobrecimiento de
millones de personas, esa es la realidad, y el que no la vea, allá él o ella.
Poco más queda
decir sobre la aplastante realidad que vivimos la gran mayoría que estamos perdiendo
derechos a pasos agigantados pero nos venden que la responsabilidad es nuestra
y solamente nuestra.
“La realidad es la
manera en la que las cosas son, no la manera en la te gustaría que fueran. Los
filósofos y los científicos a menudo debaten acerca de la verdadera naturaleza
de la realidad, y un pensamiento común es que la realidad es el conjunto de
condiciones sociales y morales que afectan a un individuo”.
ESTUPIDEZ
Ya lo dijo Einstein,
que no estaba seguro de que el universo sea infinito, pero sí estaba seguro de
que la estupidez humana no tiene límites.
La estupidez parece ser
algo que a los seres humanos les viene entregada desde que nacen, y no hablo de
una tara congénita, o una minusvalía cerebral, no, hablo de los estúpidos que
llegamos a ser algunas veces las personas, porque ¿quién no ha cometido en su
vida alguna estupidez? Creo que todos lo hemos hecho, y que a algunos nos haya
servido para aprender, no quiere decir que al resto les haya servido porque el
mundo está lleno de estúpidos, personas que carecen de criterio propio, bueno
sí, tienen el criterio que les da la estupidez, y ya con eso van surtidos de lo
que necesitan para vivir. ¿Son los estúpidos, al fin y al cabo, los que
realmente triunfan en la vida, los que llegan a gobernantes, los que siguen su
instinto más animal para depredar como suele hacerlo el estúpido?
Decir que los estúpidos
son depredadores natos puede sonarles algo excesivo, pero yo creo que lo son,
porque su comportamiento es cuando menos destructor.
Y para ir terminando
con la estupidez no tenemos nada más que observar el mundo que nos rodea y en
él a las personas que sufren de esta “enfermedad”, la estupidez galopa a lomos
de un caballo llamado ignorancia y como dijo alguien, del que no recuerdo su
nombre, “La ignorancia es la peor de las enfermedades humanas...” Y así la
estupidez de la mano de la ignorancia convierten este planeta en un lugar en el
que crecen como champiñones los estúpidos.
Matinal Costa de Madrid, novela de Salvador Moreno Valencia:
https://librosindie.com/producto/matinal-costa-de-madrid/
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