Coerción
Por Alvaeno Alvaeno
“La libertad no es solo ausencia de coerción”
Comencemos con esta frase indicativa sobre qué se supone que es la libertad, ese bien tan escaso en estos tiempos, por mucho que nos quieran hacer creer que somos libres, pues eso, que la libertad no es solo la ausencia de coerción, es mucho más y no podemos permitir que se nos arrebate sin luchar por ella.Coerción es lo que ejercen los gobiernos sobre los
ciudadanos, porque ejercen sobre nosotros tal presión con el objetivo de forzar
tanto nuestra voluntad como nuestra conducta, y es lo que estamos viviendo en
estos tiempos con la excusa de una “crisis sanitaria” más que dudosa,
demasiadas evidencias hay como para no ponerla en duda.
Pasamos de unas medidas coercitivas a otras, si cabe, más
duras, impuestas por los gobiernos, tanto a nivel regional, como nacional como
internacional con el mantra de que todas estas privaciones de libertad se hacen
por nuestra salud, sin dejarnos ver cuál es realmente el problema de fondo,
porque como siempre, al poder no le interesa que se sepa todo lo que entre
bambalinas se teje y desteje, porque al poder le interesa mantenernos en la
inopia de las cortinas de humo que genera para confundirnos, para mantenernos
en una total confusión, y sobre todo, en un total estado de incertidumbre,
porque es en este caldo de cultivo en el que los gobiernos del mundo se mueven
a su antojo como peces en el agua, dejándonos ver solo lo que quieren que
veamos, para modelarnos, para manipularnos, para engatusarnos, para engañarnos,
para estafarnos y para convencernos de que lo hacen por nuestro bien, y es
ejerciciendo esa presión con lo que consiguen doblegar la voluntad del pueblo,
o al menos de una gran mayoría que vive realmente en la inopia, en la más
absoluta ignorancia y en el desconocimiento real de los hechos, de los
tejemanejes del poder, de la corrupción que existe en eso que ellos llaman “cloacas
del poder” usando el lenguaje y los medios de comunicación para crear la
narrativa apropiada para cada circunstancia, siempre, con un objetivo bien
claro, aunque a nosotros se nos muestre algo confusa esa meta que persiguen,
que como ya sabemos todos, o casi todos, a estas alturas, no es otra que seguir
consolidando, protegiendo y teniendo el poder que les otorga el privilegio de
usar, precisamente, la coerción como forma de control sobre la población, una
población extenuada hasta el límite, una población apática, carente de
pensamiento crítico, carente de voluntad de lucha, con lo que les estamos
dejando el campo libre para que campen a sus anchas imponiendo normas
draconianas y arbitrarias con un, como llevo diciendo hace tiempo, más que
dudoso argumento sanitario.
Sigamos obedeciendo porque el experimento trata de eso, de
saber hasta qué punto somos capaces de soportar la citada coerción, y cómo el
experimento lo van aplicando paulatinamente, por dosis, para que nos vayamos
creyendo su discurso, su narrativa del miedo, su parafernalia, su desvergüenza,
su canallesca actitud, su burlesca forma de encerrarnos y prometernos como al
burro la zanahoria, eso es todo amigos...
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