El cuento de nunca acabar

Por Alvaeno Alvaeno 

Qué a gusto gobiernan los corruptos con sus decretos que limitan nuestros derechos y libertades, sí, ¿y todavía una gran mayoría no se da cuenta de que han convertido nuestra salud en política para seguir recortando libertades? Lo pregunto por enésima vez: ¿Desde cuándo los políticos recetan vacunas y los médicos callan y obedecen aún a sabiendas que lo que están haciendo es, cuando menos, atentar contra la salud pública?

Las comisiones que se cobran por debajo de las mesas de sus despachos nos pueden dar las pruebas de lo que realmente están haciendo. Sigue el rastro del dinero y encontrarás el fondo de todo este asunto.

Ya están preparando el siguiente paquete de medidas coercitivas para seguir con su negocio.

Pero no hay más ciego que el que no quiere ver, ni más sordo que el que no quiere oír, ¿no será que esa mayoría de obedientes ciudadanos están sufriendo disonancia cognitiva?

Póntela, pónsela, el único argumento posible que carece de toda lógica y sentido común por no citar la carencia absoluta de transparencia y ya no digamos de rigor científico.

Seguirán con la política del cierre y de la cancelación, que son el caballo de batalla de estos mediocres políticos carentes, no solo de escrúpulos, sino de cualquier indicio de dignidad. 

Y lo más preocupantes es la falta de reacción del pueblo que obedece sin cuestionar nada, sin ver más allá de lo que les dicen por televisión.

"Póntela, pónsela, ahora cierro aquí y abro allá, ahora promulgo un toque de queda de 2 a 7 de la mañana, cierro ésta o aquella población, porque la IA da estos datos que yo manipulo según me convenga".

No puedo creer que todavía la gente siga comulgando con ruedas de molino, grandes tragaderas hay que tener para ello, y como la mayoría obedece: "Ancha es Castilla", por la que los políticos se mueven como pez en el agua.

Es en la política del miedo y la restricción en la que nadan con el único objetivo de seguir ocultando la podredumbre en la que se mueven como cerdos en el fango, nunca mejor dicho: como cerdos...

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