Crónica de un secuestro IV


El gran hermano y su distopía convertida en ucronía
Por Alvaeno Alvaeno

"Ucronía, que se define como una reconstrucción de la historia sobre datos hipotéticos que se basa en hechos posibles que no han sucedido realmente".
Y por supuesto, no podía faltar esto: El FMI y sus consejos para lo que viene, señoras y señores vayan amarrándose los cinturones:
“Un escenario de ciencia ficción”. Los informativos de televisión en España han repetido varias veces durante las últimas semanas esta expresión al referirse al escenario que se dibuja en las calles principales de las capitales españolas e internacionales más duramente impactadas por la crisis del Covid-19. Son tiempos más bien de contrautopía o distopía, dos de los conceptos favoritos en la ciencia ficción. Otro recurso de este género literario es la llamada ucronía, que se define como una reconstrucción de la historia sobre datos hipotéticos que se basa en hechos posibles que no han sucedido realmente. A ucronía es a lo que suenan hoy las previsiones de cualquier organismo de análisis económico sobre la marcha de la economía mundial en 2020 y, particularmente, del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El poder de la palabra como todos sabemos es impresionante, porque con ellas podemos no solo cambiar el discurso, sino manipular a la gente, y en esta situación en la que estamos con esta "crisis artificial", como dice Ramiro Pinto, se utilizan la palabras "guerra", "en primera línea de fuego", "esta batalla es de todos", "esta guerra la ganamos entre todos", etc, para referirse a una cuestión que nada tiene que ver con la guerra real, también nos dice Pinto que un virus no es el enemigo a batir, a derrotar, pero claro, cuando se desarrolla toda una campaña de medios y de montajes de hospitales de campaña, se crea un escenario más propio de una contienda bélica que de una cuestión de prevención contra un virus que vive con nosotros y al que no vamos a vencer del modo que se vence a un enemigo en una guerra real.
Para explicar esto lo hace mejor Ramiro Pinto, del que recomiendo su lectura.
Ahora nos convirtieron en soldados que desde sus casas, en la comodidad de los hogares, y pertrechados de la tecnología apropiada para actuar y "luchar en esta guerra", que no es tal guerra, pero que así se nos está haciendo ver, con ese poder de manipulación que tienen las palabras. Nuestro presiente el señor Sánchez, apela a la solidaridad y a la lucha, y también nos dice que todo aquel que disienta es un canalla, o un tirano, un enemigo, un desertor de esta guerra que "entre todos vamos a ganar", además nos dice que no creamos nada más que lo que la oficialidad nos dice, por tanto, que no pensemos, que ya se ocupan ellos de hacerlo por nosotros, y de cuidarnos, eso sí, esta "guerra se libra por la salud pública", chapó.
SI nos obligan a quedarnos en casa, con la ventaja para los que ruedan la escena apocalíptica, con imágenes que repiten hasta la saciedad de hospitales de campaña, de soldados fumigando, de policía patrullando, y de otras que según les va interesando van colocando a medida que necesitan avivar más llama de este fuego, de esta crisis artificial que están creando. Decía que si no podemos salir de casa, solo podemos ver lo que ellos quieren que veamos: el escenario es perfecto, ya no es distópico sino como decía al inicio de esta artículo, es ucrónico.
Los ministros de finanzas del G20 se reúnen hoy para seguir orquestando esta ucronía:
https://lta.reuters.com/…/salud-coronavirus-g20-idLTAKBN219…
Salve, César, los que van a morir te saludan.
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