Crónica de un secuestro

Los artículos publicados hasta hoy domingo 3 de mayo de 2020, han sido escritos desde el 17 de marzo, un día después que comenzara el confinamiento en España, hasta el día 30 de abril, en este post los publico todos hasta esa fecha escritos, para continuar escribiendo estas Crónicas de un secuestro, en las que intento, desde mi punto de vista, dar otra visión de lo que está sucediendo, y que se nos está vendiendo con el guión escrito por los que necesitan hacer de la existencia humana, y por tanto de nuestra realidad, que éstas estén continuamente inmersas en una crisis, porque es el establecimiento de la crisis en lo que, a mi parecer, se sustenta el capitalismo y el Poder omnímodo que no nos dejará ser libres, y que nos necesita siendo sus productores y consumidores, sus cifras, sus muertos, sus esclavos.  


Crónica de un secuestro IX
(¿Con qué bueyes aramos?)
Por Alvaeno Alvaeno

Cuando la humanidad está en manos de organizaciones como la OMS, sus inversores y sus #hashtag: ahora hemos pasado del #quedateencasa al #frenalacurva..., cierto peligro se cierne sobre nuestras cabezas, y no está nada mal saber con los bueyes que aramos...

1/ "El máximo organismo mundial sanitario ha gastado en desplazamientos casi el triple de lo que gasta en la lucha contra algunos de los problemas de salud más importantes".
"La OMS gasta más en viajes que en combatir el VIH, la hepatitis y la malaria juntas".
Pero sigamos:

2/ "Si bien COVID-19 (alias nCoV-2019) constituye un beneficio corporativo multimillonario para los Big Pharma, también ha contribuido a precipitar a la humanidad en un proceso global peligroso y al desarrollo de una desestabilización económica, social y geopolítica".

3/ Por citar un ejemplo diferente de cómo se está gestionando la “pandemia” vayamos a este: "Así combate Suecia el coronavirus: sin cuarentena y de una forma muy diferente al resto del mundo. Es un caso atípico en la lucha contra el COVID-19. Distanciamiento social, bares abiertos y una infraestructura que se prepara para un cambio de escenario".

Pero ¿Quién es el director de la OMS y cuál es su mayor inversor?
Bien, aquí tenéis un enlace que nos ayuda a descubrir quién es el uno y quiénes son los otros, y digo otro porque es el mayor accionista de la OMS, y se trata de Bill Gates.
4/ Entre otras cosas este es el Sr. Tedros:
Fue el representante de un régimen autoritario que en el 2016 impuso el estado de emergencia en el país con una total represión y control sobre los medios de prensa.
 
Más de 11 mil personas fueron enviadas a la cárcel, incluidos periodistas independientes, activistas de derechos humanos, opositores políticos y en más de 600 se suman los muertos. El Parlamento Europeo, desde el 2014, en más de una ocasión ha condenado los arrestos, las desapariciones y la violencia contra los manifestantes en Etiopía.

Pero sigamos:
El diario The New York Times informó que el candidato etíope había sido acusado de encubrir tres epidemias de cólera en su país natal en el 2006, 2009 y 2011.
El diario The Washington Post, advertió en el 2016 que en Etiopía a los casos de cólera le decían AWD (Acute Watery Diarrea / Diarrea Acuosa Aguda). El artículo se titulaba “Las cosas que Etiopía no quiere que tú sepas que pasan en el país”. En 2016 fueron detenidos e impedidos de ejercer la profesión en el país africanos los corresponsales de PBS, The New York Times y Bloomberg.

Ya al frente de la organización, en octubre del 2017, tuvo Tedros la ocurrencia de designar al dictador de Zimbabue, Robert Mugabe, como embajador de buena voluntad de la OMS, alabando el sistema de salud de esa nación africana.
5/ Y esto no tiene desperdicio, pero todo está en los enlaces que os dejo bajo estas líneas, y sobre Bill Gates qué decir que no sepamos, y qué decir de su Fundación Bill y Melinda Gates (B&MGF o la Fundación Gates).
El jaque mate de la OMS y la Fundación Bill y Melinda Gates y los políticos a la HUMANIDAD.
Ya sé que es mucha lectura, pero como estáis presos en vuestras casas podéis dedicaros a informaros e investigar un poco para saber a qué nos vamos a enfrentar en los próximos años, y no es que yo quiera meteros los chivos en el corral, no, los chivos os los han metido ya en el corral estos señores de los que he intentado dejaros vislumbrar solo la punta del iceberg, el resto de éste mejor lo descubrís vosotros.
Salve, César, los que van a morir te saludan.
1/ La noticia es del 2017.




Crónica de un secuestro X
(Entrando en la recta final)



<<Cuando yo ya no exista, ¿qué habrá?
No habrá nada.
Entonces ¿dónde estaré cuando ya no exista?
¿Es esto morirse? No, no quiero>>.
La muerte de Iván Ilich, León Tolstói.
Hay días en los que el ánimo está más bajo, espero que el mío no llegue a estar por los suelos, también hay días en los que uno está más animado, como queriéndose comer el mundo, y son esos días los que parece brillar el sol con más intensidad, días en los que todo nos parece maravilloso y posible, días en los que nuestras esperanzas están intactas, qué digo intactas, están renovadas, fuertes y arrolladoras, sí, hay días de esos y de los primeros, como el de hoy, en el que mi ánimo estás bajo, pero no por los suelos, todavía, al menos, eso espero.

Hay días de esos raros en los que a uno le da todo igual, en los que el pensamiento de derrota es el pan de esos días, y en ese pensamiento veo que me gusta regodearme, como buscando en el fondo del mismo la luz, o una lámpara para que ilumine esta derrota, la de estos días en los que a uno le dan igual todas las cosas, en los que ese pensamiento tremendista se posa sobre la cuerda floja a la que intenta asirse el cuerpo, el espíritu, el alma, pero no llega a agarrarse con la fuerza suficiente y esa cuerda floja, frágil, se escapa de las manos dejándote caer en un abismo, ese abismo en el que habita la derrota, la desidia, la apatía, la desilusión, el desencanto y la desesperanza.

Sí, hoy tengo uno de esos días, pero de no sé qué lugar salen fuerzas, como cuando dicen “sacar fuerzas de flaqueza”, o “hacer de tripas corazón”, y uno, que lo sabe, que lo desea, saca las fuerzas de flaqueza y hace de tripas corazón y se dice que no es para tanto, que ya estamos en la recta final como si la meta de esta carrera estuviera ya al alcance, a la vista y quedaran unos doscientos metros para cruzarla, sí, la meta, pero ¿qué meta, la que creemos vislumbrar al final de esta recta, también final? ¿Todo está al final entonces?, porque como dicen los poco avispados “todo tiene un principio y un final”, sin que al decir esta perogrullada se les salten las sienes en mil pedacitos. Pues claro que todo tiene un inicio y un final, eso decirlo es más que una tontería, es un absurdo.

Pero, ¿quién soy yo para enmendarle la plana a nadie? Para eso ya están los que quieren, a toda costa, o coste, hacernos creer lo que ellos “santos expertos”, nos dicen, eso sí, siempre, siempre, es por nuestro bien. Así que nos dicen: lea a X, vea esta película, compre estos pantalones, estas gafas, estos cigarrillos, este perfume, este coche, esta casa, y trabaje, hombre, mujer, trabajen ustedes que es de holgazanes no hacerlo, porque todo aquel que es un haragán está condenado a no tener nada, a ser un paria. Y así nos llaman, haraganes, holgazanes, vividores, estafadores, listillos... y muchos otros calificativos que nos dejan por debajo del betún, eso sí, siempre que uno esté dispuesto a aceptarlos y a redimirse, le serán abiertas las puertas, y no precisamente del cielo, sino de su propia cárcel, que pagará con creces y además convencido que es lo justo, lo lógico, lo razonable, y por supuesto, lo que se premia, con más deudas, con más, con más y más y más cosas que ofrecen para comprar. Tener, tener, tener, he ahí la cuestión...

Sí, hoy es uno de esos días en los que ni el vino me hace subir la alegría, porque de la libido me olvidé hace algún tiempo, justo desde que a unos “expertos” se les ocurrió que había un peligro inconmensurable para las personas, ese peligro que desde su forma de micro iba a expandirse a lo macro matando a media humanidad, por lo que había que tomar graves medidas, empezando por las de confinar a las personas en sus casas, en hospitales, en campos de fútbol, o en residencias para mayores, que no para ancianos, porque al parecer, la palabra anciano no es políticamente correcta. Como suele ser casi todo en la vida: políticamente correcto, ¿y los que somos, ya de por sí, políticamente incorrectos?

Sí, hoy es uno de esos días en los que mi estado de ánimo anda en la cuerda floja, será que no veo ni la recta final ni la meta ni a doscientos ni a mil kilómetros, será eso, va a ser eso, seguro que será eso, que hoy tengo un día de esos en los que me cagaría en los muertos de todo, pero ¿qué culpa tienen los muertos de esto? Nada, se van, se mueren, ¿es cruel decir que se van y se mueren los que tienen que hacerlo? En una sociedad aséptica en la que la idea de la muerte ha sido desplazada, no negada, no, ha sido desparecida la idea de la muerte, porque nos hicieron creer, nos hacen creer, que somos eternos, tenemos instalado ese pensamiento de eternidad, como si la muerte no fuera con nosotros, como si esta no nos fuera alcanzar nunca, porque siempre alcanza a otros, y esos otros están lejos, y cuando están cerca, solo sabemos decir, “es lo que hay”.

Sí, tendré uno de esos días tontos en los que no me soporto ni a mí mismo, perdón por la redundancia, porque al mí le sobra el mismo. Claro.

Sí, creemos que somos eternos, o al menos creemos que los somos y que la muerte no nos corresponde, no, a nosotros no, y por eso nos escondemos como conejos asustados, nos encerramos en casa como gallinas que huyen del zorro, sí, porque creemos, nos hacen creer, mejor dicho, que a la muerte podemos vencerla, “solo juntos” dicen con tamaña contradicción que contienen esas dos palabras, solo y juntos, cuando no se puede estar más lejos de la razón, se argumentan estas bobadas, sí, nos han hecho creer que la muerte no va con nosotros, y la vemos transitar por la vida pero en nuestras pantallas de plasma, desde el sillón de nuestras confortables, “cárceles”, quiero decir, casas.
Sí, hoy tengo un día de esos, y me da por escribir con la tonta idea de que alguien se va a leer estas dos páginas, qué iluso llego a ser a veces, sobre todo en estos días negros, o grises, para seguir con el tema de los matices, no es blanco y negro, solo negro y blanco, como también quieren hacernos creer, es el bien y el mal, o estás conmigo o eres mi enemigo...

Menos mal que se me pasan estos días así y llegan los llenos de esperanzas, mucho más ingenuos, si cabe, pero al menos, estoy tranquilo, porque estoy totalmente convencido de este autoengaño: creer que la humanidad tiene remedio.

Salve, César, los que van a morir te saludan.


Crónica de un secuestro XI
(La infantilización de Occidente)

La adolescencia se extiende hoy hasta edades muy avanzadas,
generando una sociedad inmadura.

Me había prometido que no iba a volver a escribir artículos de crítica, entre otras cosas porque me había cansado, y no encontraba un tema que se alejara del manido mantra que en estos días se repite hasta el hartazgo generando una sensación de extraña impotencia, que no de miedo, al menos en mí no existe esa sensación de miedo, sobre todo cuando he aprendido que la vida es vivir sin miedo y que vivir con éste es ser esclavo del mismo.

Quizás los que manejan los hilos lo saben con toda seguridad lo saben, no me cabe duda, que saben que con el miedo se maneja mejor al rebaño, y así nos metieron en nuestras casas ese miedo a la muerte, cuando la habíamos apartado, o nos había hecho creer que ella estaba lejos, siempre lejos de nosotros, y ahora nos la meten hasta por las orejas.

Decía que me había hecho el propósito, mejor que la promesa (que ya sabemos que en estos tiempos no valen nada) de no volver a escribir haciendo crítica sobre lo que creo que no es racional, pero me pueden las vísceras y allá que voy como un cuatrero a robar ganado, porque en estos tiempos de sinsentido escribir en contra de lo establecido es señalarte y exponerte ante una sociedad en la que sus integrantes hace tiempo que fueron infantilizados a través del cine, de la literatura que se hace ahora, de la música también de ahora, esas cancioncillas pestiños y delirantes con menos contenido que el cerebro de un mosquito, y así, esta sociedad ha sido llevada a esa situación en la que la adolescencia se extiende hasta edades muy avanzadas, por lo que estamos ante una sociedad totalmente inmadura, tanto que no hay más que observar cómo se comporta una gran mayoría, y como en los tiempos duros es cuando se nos ve el plumero a todos, en estos nos han dejado con el culo al aire, y uno lee y escucha cosas que dicen o escriben adultos que más bien parecen las quejas y rabietas de adolescentes.

Y para que esa infantilización siga vigente, el “papa Estado” en connivencia con algunos organismos internacionales, nos dictan las normas y hasta cómo debemos comportarnos y qué debemos hacer en nuestras casas mientras dura el encierro, o este secuestro de nuestras libertades, porque no es de recibo leer titulares en los que dice “Si nos dejan ir a los supermercados por qué no nos dejan ir a los huertos”, o “Diez puntos para que su sexualidad sea plena en estos días de cuarentena”, o “Tabla de ejercicios...”, y así podría seguir con una larga lista de estupideces, listas de películas para ver, listas de libros que leer, listas de recetas de cocina... Y, eso sí, no olvides salir al balcón a aplaudir todos los días a las ocho de la tarde y allá que van todos como manada de Ñus en estampida y si se despeña el primero todos van tras él al despeñadero.

Va a ser que el que no tiene remedio soy yo, y claro, me sale la bilis y la vomito sobre el teclado y allá van las palabras como una bandada de cuervos enloquecidos a picar las yugulares de tanto pánfilo y tanto estúpido, por no decir cretinos, que de ellos está el mundo lleno, cada vez parece que hay más, es peor que ese virus, que a su paso por este erial va a dejar un reguero de muertos sin que se hayan contagiado de este, vamos, que los daños colaterales van a ser colosales, y ya sabemos qué son los daños colaterales, pero os lo recuerdo, son las muertes que se producen en una contienda bélica y que en su mayoría son inocentes o estaban desgraciadamente en el lugar y hora equivocados, vamos, todos los que van a morir o a caer en la más absoluta miseria  de una forma no ¿intencionada?, en esto que han dado en llamar contienda, como si de una guerra se tratara. Eso sí, cualquier cosa menos reconocer la raíz del problema, que igual, es otra.

Pero yo iba a escribir de la infantilización de Occidente, pero de esto ya han escrito, y para que os hagáis una idea os dejo el enlace de este buen artículo sobre el tema:

https://disidentia.com/incontenible-infantilizacion-occidente/ y “lo preocupante es que un creciente porcentaje de adultos se afane en el cultivo consciente de su propia inmadurez”.

El creciente infantilismo fomenta la difusión de miedos, esos temores inventados o exagerados que generan los reflejos distorsionados de la calle en la oscuridad de la habitación. Surge una “sociedad del pánico, tremendamente conservadora, que en el cambio ve peligros, no oportunidades. Una colectividad asustadiza, víctima fácil del terrorismo internacional. Jamás fue el mundo tan seguro como en el presente; pero nunca el ciudadano medio vivió tan aterrado. Ni el intelectual tan temeroso de escribir lo que ocurre.”   
   
Y nada, que para muestra un botón como decían mi abuela y mi madre, y hoy por hoy tenemos no una taza sino dos y nos las tomamos o nos castigan, así que haz lo que te dicen los gobiernos y los mercenarios como la OMS, y a mí llámame loco o inadaptado, pero no quiero sentir temor de lo que escribo porque eso sería el síntoma de que el miedo me venció, y no, no me vencerá y si he de morir al menos que sea siendo consecuente con cómo pienso y cómo vivo.

Salve, César, los que van a morir te saludan.

Crónica de un secuestro XII

Hay muertos anónimos, millones de muertos anónimos, pero parece que en Occidente valen más los muertos conocidos, y los medios de comunicación nos lo recuerdan cada vez que muere un personaje conocido. Es curioso que se sucedan las condolencias como en cadena por las redes sociales, cuando muere fulano de o mengano de tal, y no se haga ni un solo gesto por los millones de muertes que se producen en este planeta y no siempre por el magnificado virus.

Ahora cuando un personaje conocido por su profesión muere, y si su muerte se ha debido al virus, los titulares de la prensa son alucinantes, porque en estos se antepone la enfermedad como causa de la muerte y podemos encontrar titulares como este que hacen énfasis en la razón de la muerte: "Muere de coronavirus X, el mundo del cine hoy está de luto". Tócate los cojones, ese mismo día en que el famoso de turno, al que en este titular he llamado X, murió, murieron a su vez unas miles de personas y no he visto ni un titular que las nombre, quizás será por falta de espacio, o de papel, o porque nos muertos anónimos son solo números, puras estadísticas, y tan anónimos que ni siquiera sus familiares pueden ir a velarlos y mucho menos a enterrarlos.

También tenemos que las cifras que se dan de esos miles de anónimos muertos, no especifican nada, solo que esas muertes anónimas se produjeron por el virus, y yo me pregunto esto:
¿Murieron de, con, o por...?

Hay ciertas diferencias, y el lenguaje usado con un interés, bien partidista, o como quieran llamarlo, nos deja el mensaje que subyace bajo cada palabra y nos marca la pauta que hemos de seguir, el camino que debemos andar y el discurso que debemos transmitir.

Sí, en Occidente, los muertos conocidos tienen un precio más alto que el de millones de anónimos muertos, también muertos en Occidente, pero anónimos, siempre anónimos.

¿Nos afecta más el contagio o la muerte de un artista, músico, cantante, escritor, pintor..., la de un político..., etcétera, etcétera, etcétera?

Sí, nos afecta más porque en estos tiempos la política usa las emociones para tocarnos en la fibra, ahí donde nos sentimos vulnerables, porque que un famosos se contagie o muera es sinónimo de que también los anónimos podemos contagiarnos y morir, claro, siempre se no ha hecho creer que hay categorías de personas, y a las que están en la primera no les concedíamos la certeza de que ellos también son de carne y hueso, y mueren igual que los seres anónimos, esas cifras que bailan en el aire rozando los tejados, podrían volar, sí, podrían colar y vuelan como grandes buitres leonados.

Salve, César, con los que van a morir te saludan-


Crónica de un secuestro XIII
(Juntos lo pararemos)

“Se puede engañar a todo el mundo algún tiempo…
se puede engañar a algunos todo el tiempo…
pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”.
Abraham Lincoln


A día de hoy, 27 de abril de 2020, y tras llevar 43 días de confinamiento, creo que al 95% de los españoles no se les puede, ni se les debe, reprochar nada, porque han demostrado con su actitud ser ciudadanos modélicos, quedándose en casa, para evitar, en la medida de sus posibilidades, que esta epidemia llegara a un desastre total. No, no se les puede reprochar absolutamente nada, y pretender como se pretende cargar sobre el pueblo todas las responsabilidades sobre esta crisis me parece no solo deleznable sino propio de canallas.

Pero a pesar de ese confinamiento y la respuesta de ese 95% por ciento de ciudadanos las cifras de muertos van ya por la friolera de 22 mil y pico, ¿a cuántas habrían llegado las muertes si no se hubiera hecho el confinamiento? Me pregunto, porque en realidad lo que ocurre es que con las cortinas de humo de la propaganda, bien engrasada, y de los aplausos todas las tardes a las 8, lo que creo que se pretende es ocultar el bosque que tras ello se esconde, y ¿cuál es el problema real, si a pesar de estar confinados en casa, la gente sigue muriendo?

Quizás deberíamos mirar más allá de esas cortinas de humo, que como humo que son, y por aquello de que el humo al final termina disipándose, cuando este se disipe del todo nos quedará el paisaje que tras ellas se ha estado ocultando, o al menos, intentando ocultar, pero ¿por cuánto tiempo se puede seguir ocultando?

Abraham Lincoln dijo: “Se puede engañar a todo el mundo algún tiempo… se puede engañar a algunos todo el tiempo… pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”. Y eso es lo que parece que está ocurriendo.


Hay familias ya que no tienen para comer tras este mes y pico de cuarentena, y las promesas del gobierno de la renta básica o la ayuda a los autónomos todavía están por llegar, los días corren, más bien vuelan, y las facturas corren con ellos, y siguen pasándolas al banco para cobrarlas, luz, agua, teléfono, alquiler, hipoteca, seguros sociales, cuota de autónomo, seguros de hogar y coche, y un largo etcétera de gastos que siguen llegando a nuestras cuentas sin que en nuestras cajas haya ingresos, y de seguir así esos ingresos no llegarán hasta dentro de meses.

No pedimos caridad, pedimos derechos los que como yo, que somos millones, estamos afectados, o los millones de negocios cerrados y que este año no tendrán ingresos, podríamos decir que a día de hoy son millones los afectados por esta cuarentena, y a pesar de ese sacrificio y esa pérdida de ingresos y por tanto de recursos, sigue muriendo gente por el virus, vuelvo a preguntar ¿qué es lo que se está haciendo mal, o qué es lo que no quieren que veamos? Para mí hay una realidad aplastante sobre la raíz de esta crisis, y pongo el ojo en ella, y no es otra que la sanidad pública española, no en los profesionales de la sanidad que también se están jugando el pellejo en esta crisis, sino en la gestión de la misma, la que se ha venido llevando a cabo durante casi dos décadas, el expolio permanente de nuestra sanidad pública, y claro, ahora llega el problema, y nos hacen responsables a todos por su mala gestión y por la privatización de una de las que fuera de las mejores sanidades públicas de Europa, pues nada, cortinas de humo al canto, pero quédate en casa, tenemos que ser solidarios y responsables, nosotros, los de siempre, los de abajo sacándole como siempre las castañas del fuego a los que gobiernan. Sí, y además amenazados con medidas coercitivas mediante las que nos pueden multar por no llevar a cabo las normas. El colmo del cinismo.

Sí, 45 días de encierro y las ayudas todavía están en espera de no sé qué acuerdo o firma, o de debate en el parlamento, donde los políticos, todos, todos, en lugar de apechugar y arrimar el hombro para salvar a los ciudadanos, se dedican a tirarse los trastos a la cabeza, no hay más que ver a la derecha y a la ultraderecha atacando al gobierno actual, en lugar de apoyar medidas para paliar este desastre en el que no nos ha metido un virus, sino la ineptitud de los políticos españoles, la oposición por un lado tirando piedras, el gobierno por otro con esa actitud meliflua y cómplice con los empresarios y grandes empresas que son los y las que primero se han beneficiado de esta crisis, y a los pobres trabajadores que nos jodan.

Sí, en mi caso, por ejemplo, que no es único, en mi situación hay millones de personas en España, que por motivos de esta crisis hemos perdido los ingresos. Decía que en mi caso que he estado cotizando a la seguridad social como autónomo más de 25 años y como asalariado cerca de 10, he tenido que solicitar la renta básica en mi comunidad autónoma, no por vicio, sino por necesidad, el ayuntamiento de la ciudad en la que vivo me ha concedido una ayuda para pagar el agua y la luz, un total de 300 euros al año. No estoy pidiendo limosna, ni caridad, no, no estamos pidiendo limosna ni caridad, estamos pidiendo derechos, el derecho a una vida digna, porque a millones como yo nos ha pasado lo mismo, estamos enfangados en esta crisis sin ver cuándo volveremos a tener ingresos.
No, no estamos pidiendo caridad ni limosna, estamos pidiendo al gobierno que cumpla sus promesas y que haga efectivas de una vez las ayudas prometidas, porque ya estamos a final de abril, y llega mayo y con éste del 1 al 5 hay que pagar las facturas, y todos los gastos que siguen corriendo, y lo poco que uno podía tener ahorrado, que no es mucho, no se puede ahorrar mucho con el aluvión de gastos e impuestos que tenemos en España, se va evaporando, y la nevera comienza a estar vacía, y las bocas de nuestros hijos e hijas pidiendo alimento, no, no estamos pidiendo caridad ni limosna, estamos exigiendo nuestros derechos.

Porque habiendo cotizado tantos años para acabar en la cola de Caritas, de Cruz Roja, o de los comedores sociales, no me parece justo, ni de recibo, pero no solo para los que hemos cotizado, sino para ningún ser humano es justo pasar por la humillación que produce la pobreza, sobre todo cuando esa pobreza ha llegado por la mala gestión y las falsas promesas de los gestores a los que votamos.
No, no es de recibo que millones de personas a día de hoy en España, 27 de abril de 2020, estén con la soga al cuello, y los políticos sigan debatiendo el cómo, el cuándo y el cuánto. No, no estamos pidiendo caridad ni limosna, estamos exigiendo nuestros derechos a una vida digna, a un salario digno, y a todo lo que la carta magna defiende.

No, no es el virus la raíz del problema, como he dicho la misma la ocultan tras las cortinas de humo, pero son solo eso, humo, y éste se esfuma y la dejará al descubierto. Podríamos citar aquí lo del rey desnudo, pero para qué.

Lo dicho, a los españoles, al 95% de ellos no se les puede ni se les debe reprochar nada, todo lo contrario, han demostrado su alto nivel de responsabilidad, obedeciendo y acatando las normas, aun sabiendo que podrían perder todo, ahora, señores políticos de izquierdas, de derechas, y del color que seáis, cumplan con su parte, y salven a este pueblo, porque este pueblo les ha demostrado con creces de qué barro está hecho, a ver si ustedes son capaces de estar a su altura.

¡VIVA EL PUEBLO CABRONES!

Salve, César, los que van a morir te saludan.
Escrito en Ronda a 27 de abril de 2020.
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