Crónica de un secuestro XXXIII
Capitalismo y pobreza
Por Alvaeno
Alvaeno
«Demasiado capitalismo
no quiere decir muchos capitalistas,
sino muy pocos capitalistas»
G. K. Chesterton
Comienzo con esta frase de Chesterton para romper el silencio, ya que
estoy muy calladito en estos días aquí en FB, que la falta la I y ya tenemos el
resto, lo que unos ven como dictadura, otros lo ven como progreso, y en el
fondo de todo ello, quizás, se esconde algo más que dictadura, o lo que
conocíamos, hasta ahora, por dictadura... Creo que al igual que la evolución
que han tenido las guerras a través del tiempo, también han evolucionado las
dictaduras, para ello Uberto Ecco escribía un artículo sobre la nueva forma de
las guerras y de las dictaduras, así que muchos, los convencidos, sobre todo,
ven en esto un progreso hacia lo social, y a lo mejor, o quizás, a lo peor, no
ven que es solo una manera de incentivar o seguir incentivando el consumo, como
base de seguir alimentando al capitalismo, que es, en su fondo y en su fin una
dictadura o podríamos llamarle la nueva forma de dictadura.
Hay en todo ello algo que me llama la atención y es en cuanto al tema de los
"progresos" en ayudas sociales, que creo que no hacen otra cosa que
confirmar y mantener la pobreza.
El otro día pensaba que a lo largo de la historia de la humanidad, siempre ha
habido los que tienen mucho, los que tienen algo, los que tienen poco y los que
no tienen nada, y así se conforma la estructura social de un sistema económico,
político, judicial y social basada como siempre en la forma de jerarquías,
manteniendo los privilegios a los que están arriba y practicando la caridad con
los que están más abajo, la limosna como acto cruel y violento para mantener
las cosas como están en lugar de asumir y luchar por un reparto equitativo de
las riquezas, la idea de una sociedad distributiva ya la describieron los
pensadores G. K. Chesterton y Hilaire Belloc que han aplicado estos principios
de justicia social en sus obras sobre la tercera vía económica, entre el
socialismo y el capitalismo.
Así que sigamos aceptando las migajas del capitalismo para seguir alimentando
sus riquezas, cada vez más en manos de muy pocos que controlan todo cuanto
existe, así consiguen que los garantes de la justicia social que deberían ser
los políticos, representantes del pueblo, no se volcarán realmente en favor del
pueblo, por tanto no deberían de jactarse llenándose la boca con ese discurso
"progresista" de ayudas sociales y de rentas básicas, y en lugar de
aprobarlas para seguir dando limosna, ¿ustedes me dirán qué familia puede vivir
con 460 euros al mes? lucharan para no seguir manteniendo las riquezas en la
parte más alta de la jerarquía, entre la que ellos, esos políticos, se
encuentran.
No hay mayor violencia que esa, que la de entregar como "un derecho"
a una familia esa miserable ayuda, que en ningún caso la sacará de la pobreza,
según mi punto de vista, esto se hace para seguir manteniendo la existencia de
la pobreza, cuando en una sociedad civilizada, democrática y solidaria, la
pobreza no debería existir, porque siempre que haya grandes fortunas a buen
recaudo la pobreza y la limosna en forma de renta básica será injusta, porque
injusto es que haya millones de personas que tengan que vivir con las migajas
que el sistema distribuye para evitar la rebeldía y por tanto la posible caída
de los ricos, a los que sí habría que expropiar sus riquezas para distribuirlas
como única solución para erradicar la pobreza en el mundo.
Es igual que la caridad para la iglesia, sin pobres la iglesia no tendría que
practicarla, pero la iglesia tampoco es solidaria y en su egolatría se
enriquece con la misma vileza que se enriquecen algunos siempre a costa de la
pobreza y la miseria de los otros.
Siempre se llevan la mayor parte del pastel los mismos, creo que es hora de
luchar para que no siga ocurriendo y que no nos convenzan con esos cantos de
sirena, porque en frases como Renta mínima, Renta básica, hay una gran
violencia, porque no se debería poner, ni aceptar, un precio para los derechos
humanos.
No va más, hagan sus apuestas, señores...
Salve,
César, los que sufren ya no te saludarán jamás.
Puedes adquirir mi novela
en este enlace: Matinal Costa de Madrid
Comentarios
Publicar un comentario